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Ventas Grandes

Nunca Quejarse, de Baltasar Gracián

24 de febrero de 2016
Aforismo 129 Nunca quejarse.

Oráculo publicado en Amberes (Holanda) en 1629

 «La queja siempre trae descrédito. Más sirve de ejemplar de atrevimiento a la pasión que de consuelo a la compasión. Abre el paso a quien la oye para lo mismo, y es la noticia del agravio del primero disculpa del segundo. Dan pie algunos con sus quejas de las ofensiones pasadas a las venideras, y pretendiendo remedio o consuelo, solicitan la complacencia, y aun el desprecio. Mejor política es celebrar obligaciones de unos para que sean empeños de otros, y el repetir favores de los ausentes es solicitar los de los presentes, es vender crédito de unos a otros. Y el varón atento nunca publique ni desaires ni defectos, sí estimaciones, que sirven para tener amigos y de contener enemigos.» (1)

En este aforismo, Gracián, nos advierte del peligro en el que caemos con mucha frecuencia:  quejarnos de una situación de la que hemos salido dañados.

Y nos apunta las consecuencias de tal conducta:

  1. Nos traerá descrédito: pues de la situación crítica hemos salido como perdedores.
  2. Sirve de estímulo para que otros conociendo nuestros puntos débiles insistan -ahora ellos- en la senda de nuestro dolor.  «Abre el paso a quien la oye para lo mismo.»  Cuando nos quejamos mostramos las heridas a las que somos propensos, nuestros enemigos pueden apuntar hacia ellas. Y además puede servir de excusa para otros, pues mal de muchos…
  3. Esa conducta quejumbrosa nuestra no alcanza su objetivo de obtener consuelo o comprensión hacia nuestra postura, sino los contrarios: satisfacción del oyente por nuestro daño o menosprecio del mismo ante nuestra torpeza, añadiendo a las ofensiones pasadas, estas nuevas.(2)

Pero también Gracián nos muestra otras mejores conductas para sustituir la tendencia a quejarnos. Y así, nos dice que:

Mejor política es manifestar  (comunicar, exponer, extender) aquello que hemos hecho y que ha conducido a otros a felicitarnos por ello y a estarnos agradecidos: «el repetir favores de los ausentes es solicitar los de los presentes», pues alguien que recibe reconocimiento y alegrías de otros sin duda es alguien del que vale la pena rodearse. Es también alguien que sirve de ejemplo a otros.Por eso, el varón atento (el Hombre Prudente), si quiere tener amigos y contener  a posibles enemigos deberá dejar de quejarse -manifestar al público su queja- y pasar a expresar siempre hechos estimables de los que él ha sido favorecido o ha terminado con éxito.(3)

Siga con salud y medite en el aforismo de Gracián, …quejarse le perjudica.

Miguel Villarroya Martín, a 24 de febrero de 2016 / Madrid/ España/ FrS.009 / ventasgrandes.com

Notas:

(1) El texto original del aforismo presentado, el 138 de Baltasar Gracián: Arte de dejar estar, ha sido extraído de la Primera edición del Oráculo Manual y Arte de la Prudencia, de Baltasar Gracián, publicado en Huesca, Aragón, en 1647. Véase por ejemplo: http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/02584930900269417429079/index.htm

(2) Muchos siglos después H.N. Casson advertía, con un cierto sarcasmo, que: «Cuanto sienta usted la tentación de hablar a alguien de sus desgracias, ¡no lo haga! A la mitad de los que se lo cuente, le tendrá sin cuidado su percance. Y la otra mitad se alegrará de que alguien por fin, le haya dado a usted su merecido.»

(3 Más sirve de ejemplar de atrevimiento a la pasión que de consuelo a la compasión es hoy una frase oscura. El juego pasión/ compasión  parece decirnos que el quejarnos de una desgracia que nos ha ocurrido buscando en otros compasión o consuelo, no solo no lo conseguimos sino que despierta en ellos, en nuestros oyentes,  contra nosotros, pasiones ―acciones, consecuencias― que incrementaran el daño recibido inicialmente.