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Ventas Grandes

Agis IV, rey de Esparta

9 de marzo de 2016
Agis IV, rey de Esparta, en la horca

El infortunio que la virtud trae a veces a los justos, no debe de empujarnos a evitarla. Los hombres justos nos señalan el camino del corazón y su ejemplo debe ser tenido en cuenta. Hoy le traigo el recuerdo de Agis IV, rey de Esparta,  un enorme varón que murió al defender la justicia frente a la ambición y maldad de los poderosos de la época, en la Esparta del 280 a. de C.

Véase como se cuenta este suceso en la fuente que le indico más abajo:

AGiS IV, hijo de Eudamidas, Rey de Esparta. (1)

 «1. Dicen los Historiadores que este Príncipe se crió entre el luxô y las delicias;  pero que, en su adolescencia, luego que tomó las riendas del gobierno , se verificó en él súbitamente una increible mudanza. Dexóse de los pasatiempos y placeres de la juventud; y no pensó mas que en restablecer en Esparta, ciudad entónces corrompidisima por la adopción de  las costumbres bárbaras y griegas, la antigua frugalidad. Esto fué causa de su perdicion.

2. Hubiera podido vivir, como los mas de los Reyes, entre opulencia y delicias, pero despreció ambas cosas; y, léxos de aumentar sus riquezas, quiso revalidar la igualdad que las leyes de Licurgo (2) ponian entre todos los ciudadanos. Fué el primero á dar el exemplo. Puso todos sus bienes en comun , y descendió hasta el nivel de los otros.

3. Prendiéronle por sorpresa, lo encarcelon, y fué condenado por los Eforos (3) á ser ahorcado. Preguntádole uno de ellos ¿si se arrepentia de lo hecho?,, ¿Por qué, respondió animosamente, habia de arrepentirme, si siempre he unido la prudencia a la honradez?  Cabalmente por eso se me condena á morir.»

4. Quando lo llevaban al suplicio, vió que uno de sus guardias lloraba porque tenia precision de prestar su ministerio á la injusticia: No te arranque lágrimas mi suerte, le dixo: voy á padecer un suplicio cruel contra la equidad y la justicia. Pero ¿no valgo mas, y no soy mas dichoso que los que me condenan? » Dicho esto, presentó el cuello á la cuerda, hácia el año 280 ántes de Jesucristo, y en la olimpiada 125.» (4)

Qué persona tan atrevida y valerosa, ¿verdad?  Se enfrentó a los de su misma clase para intentar barrer la enorme diferencia entre los suyos y los espartanos de a pie. Y no pudo. ¿Le suena? Muchas veces ha ocurrido eso, antes y después de Agis IV, rey de Esparta, las revoluciones contra el Poder establecido casi siempre fracasan y cuando alguna logra triunfar, en muchos casos, los libertadores terminan asumiendo un poder igual de injusto que el que han derrotado. Hay excepciones, pero tan pocas, que el desánimo puede inducirnos a la aceptación de cualquier situación injusta. Y si no nos conduce a ello el desánimo, puede hacerlo la amenaza de violencia total que puede, contra nosotros, desencadenarse. Es comprensible pues el miedo y el desánimo ante un Poder injusto.

Frente a esa oscuridad prudente,  aparecen hombres ―semidioses, más que humanos― como Agis IV, rey de Esparta,  que nos enseñan el valor de las convicciones, de la solidaridad con los desposeídos, de los sueños de mejora,  y también  de la imprudencia que supone luchar contra la injusticia. Pero no importa, la Historia ―y los dioses― han olvidado a todos los que aceptan sin luchar, la corrupción y la maldad en todos sus órdenes, y recuerdan y tienen a su lado, a la izquierda, a la distancia de un brazo, a todos los héroes que han preferido la soga al miedo y la sumisión ante la injusticia.

¡Siga con Salud! Y tome la admiración hacia otros, que antes han sufrido la injusticia y han resuelto vivir como Agis IV, rey de Esparta, como ejemplo de conducta.

Miguel Villarroya Martín, a 9 de marzo de 2016 / Madrid. España / RdP.010 / ventasgrandes.com

Notas:

(1) Léase completa esta descripción que he hallado en la Wikipedia, sobre Agis IV. «Desde el inicio de su reinado se mostró partidario de las reformas políticas a las que se oponía su colega Leónidas II. Las leyes introducidas por Epitadeo habían dado a todos los cabezas de familia espartanos los mismos derechos y tierra, pero se había producido una concentración de familias y ya sólo quedaban unas 700 familias espartanas de linaje real y la tierra se había concentrado en muy pocas manos, y muchas de estas familias estaban dirigidas por mujeres, lo que dejaba sólo unas 100 familias espartanas a corto plazo con una riqueza extraordinaria, mientras el pueblo se llenaba de deudas. Contra eso, Agis era partidario de restablecer las leyes de Licurgo y presentó al senado una propuesta para abolir las deudas y para repartir la tierra; esto recibió el apoyo de los jóvenes y de los pobres, y también de algunos influyentes personajes, como su tío Agesilao (que tenía muchas tierras, pero que se había endeudado), Lisandro y Mandroclides, pero se le opusieron muchos como su colega Leónidas» […] »

(2) «Licurgo fue un legislador de Esparta […]  Estableció la reforma de la sociedad espartana de acuerdo con el Oráculo de Delfos. Mucha de la constitución de Esparta se le atribuye.» Véase Licurgo (Esparta)

(3) Éforos: «Éforo […] («aquel que supervisa») era el nombre dado a ciertos magistrados de los antiguos estados dorios de Grecia. Entre ellos, los más importantes eran los éforos de la antigua Esparta. En Esparta existían cinco éforos, elegidos anualmente, que juraban cada mes respaldar a los reyes, mientras que éstos, a su vez, juraban respetar las leyes.»

(4) El fragmento presentado  ha sido extraído del: DICCIONARIO MANUAL  Y DICHOS MEMORABLES DE HECHOS DE LA HISTORIA ANTIGUA. TRASLADADO AL CASTELLANO POR EL TENIENTE CORONEL DON BERNARDO MARÍA DE CALZADA. TOMO I.  MADRID: EN LA IMPRENTA REAL. 1794. Se hallará en la Librería de Gómez, calle de  Carretas. La cita se halla en la página 43 y 44. Libro escaneado por Google Books, desde donde  se han trasladado, con la grafía que allí se encuentra, el suceso señalado. Y a quién agradecemos su labor de difusión de la Cultura, por sus asombrosos escaneados de libros.

(5) La imagen utilizada: The Doom of Agis, king of Sparta, engraving by Walter Crane. From The Children’s Plutarch: Tales of the Greeks by F. J. Gould, Harper & Brothers Publishers, 1910., figura en la Wikipedia como de dominio Público.  A todos agradecemos el libro uso de la misma.