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Ventas Grandes

Sentir con los menos y hablar con los más

8 de agosto de 2016

Si Baltasar Gracián es siempre actual, hoy, en pleno debate sobre Seguridad y Libertad, ir contracorriente es tan peligroso hoy, como lo ha sido siempre. Véase lo que el maestro nos dice sobre esto.

Aforismo 43: Sentir con los menos y hablar con los más

―«Querer ir contra el corriente es tan impossible al desengaño quanto fácil al peligro. Sólo un Sócrates podría emprenderlo. Tiénese por agravio el disentir, porque es condenar el juizio ageno. Multiplícanse los disgustados, ya por el sugeto censurado, ya del que lo aplaudía. La verdad es de pocos, el engaño es tan común como vulgar. Ni por el hablar en la plaza se ha de sacar el sabio, pues no habla allí con su voz, sino con la de la necedad común, por más que la esté desmintiendo su interior. Tanto huye de ser contradicho el cuerdo como de contradezir: lo que es pronto a la censura es detenido a la publicidad della. El sentir es libre, no se puede ni debe violentar; retírase al sagrado de su silencio; y si tal vez se permite, es a sombra de pocos y cuerdos.»

Es bien sabido que Ir a contracorriente, casi siempre es peligroso. Solo cuando la corriente es muy leve se puede caminar con seguridad contra ella. Nuestra sociedad  tiene establecidos una serie de tabúes que si se traspasan, las penas del infierno caen, implacables, sobre el transgresor. Y sin embargo: Siempre habrá nieve altanera/que vista el monte de armiño /y agua humilde que trabaje /en la presa del molino. (1) Querer ir contra el corriente es tan «impossible al desengaño ―siempre habrá rebeldía sobre el orden establecido― quanto fácil al peligro ―siempre habrá víctimas entre los rebeldes―Sólo un Sócrates podría emprenderlo.» (2) Y si le pasó a Sócrates ―una autoridad moral entre sus coetáneos― imagínese si  las ruedas del Poder lo pillan a usted.

¿Entonces?

Salvo que se trate de un tema crítico y vital para usted, NO se meta en ninguna cruzada, no luche contra el pensamiento imperante en la sociedad, pues ya sabemos que la verdad no suele hallarse en la plaza pública. No se meta en discusiones sobre temas que no sean radicales y de los cuáles no tenga usted datos firmes. Casi nadie sale con bien, en el ir a contracorriente de las cosas generalmente aceptadas.

Gracián nos advierte de las consecuencias negativas que nos pueden llegar de las críticas que expresamos públicamente,  tanto de los directamente afectados por ellas como de sus admiradores, de las ideas contrarias y de los que las han expresado.  ―«Tiénese por agravio el disentir, porque es condenar el juizio ageno.» Recuerde el juicio peyorativo que suele envolver la idea de disidente. ―«Multiplícanse los disgustados, ya por el sugeto censurado, ya del que lo aplaudía.»

Gracián desconfía de lo que se cuenta en la plaza pública ―hoy diríamos, en los medios de difusión de masas― y aún apunta que esas informaciones publicadas puedan ser contrarias incluso a lo que el comunicador cree de verdad. Apréndase de memoria su magnífica frase: ―«»La verdad es de pocos y el engaño es tan común como vulgar. Ni por el hablar en la plaza se ha de sacar el sabio, pues no habla allí con su voz, sino con la de la necedad común, por más que la esté desmintiendo su interior.»

En estos tiempos de desinformación y contrainformación  abundante en los medios de comunicación, la aseveración de Gracián es más que oportuna. ―«Tanto huye de ser contradicho el cuerdo como de contradezir». Solo discuta de aquello a lo que su conciencia moral le obligue. Y aun así recuerde el dicho aragonés: Donde no hay ganancia, Pérdida segura.

Gracián también aconseja al hombre prudente, al cuerdo, que ni critique  ni dé opción a la crítica y le advierte de la rapidez y peligro que puede haber en sus expresiones públicas.  ―«lo que es pronto a la censura es detenido a la publicidad della.»

Véase también esta reflexión actual sobre la diferencia entre lo que sentimos y lo que deberemos expresar en público. ―«El sentir es libre, no se puede ni debe violentar; retírase al sagrado de su silencio; » Lo anterior no es igual a no  defender nuestras opiniones sobre temas realmente importantes, sino sólo a hacerlo, o bien a solas, para aclarar nuestra posición interna sobre los hechos, o bien, bajo la protección de la amigable sombra de los escasos cuerdos con los que nos relacionemos.  La Prudencia no es escasa, nunca, nos dice el maestro. Y siempre podemos expresar lo que realmente pensamos cuando estemos en territorio amigo: ―«y si tal vez se permite, es a sombra de pocos y cuerdos.»

¿Y en inmobiliaria?

Recuerde el lector lo que nos dice la Venta Racional Inmobiliaria: el comercial vendedor nunca debe expresar opiniones personales en las entrevistas de venta, sobre temas distintos a lo que se esté tratando, pues cualquier  diferente expresión que no coincida con la opinión del comprador posible, puede hacer perder ―de rebote― la venta. Neil Rackham ofrece en su texto SPIN SELLIG, unas interesantes verificaciones sobre esta mala costumbre de algunos vendedores. (3)

¡Siga con Salud!

Miguel Villarroya Martín / Madrid/ España/ 8 de agosto 2016. / FrS.018 / ventasgrandes.com

Notas:

(1) León Felipe: Versos y Oraciones del caminante. Madrid. Editorial: VISOR LIBROS. ISBN: 9788475221373

(2)  Esta frase hace referencia a la Muerte de Sócrates. Este filósofo se rebeló… y fue condenado a muerte. Véase esta historia extraordinaria en:   donde encontrará el lector una estupenda explicación del  justo.

(3) CÓMO VENDER BIENES DE ALTA INVERSIÓN. Neil Rackham. Editorial Norma. Bogotá. Colombia.

(4): Este aforismo con sus comentarios, fue publicado hace unos años,  en  forma más breve, en el número 14 ―Octubre de 2007―,  de mi revista Más y Mejores Ventas Inmobiliaria.

(5) El texto original del aforismo presentado (Aforismo 43: Sentir con los menos y hablar con los más) ha sido extraído de la Primera edición del Oráculo Manual y Arte de la Prudencia, de Baltasar Gracián, publicado en Huesca, Aragón, en 1647. Y se presenta con la grafía original. Libro escaneado por Google Books.

(6) La muerte de Sócrates (La Mort de Socrate) es un óleo pintado en 1787, por el artista francés Jacques-Louis David. Se ha tomado de la Wikipedia, donde figura como imagen de D. P. ¡Gracias por ello!